- J.M. | @elecodeportivo
Copa del Rey | Unicaja muestra sus carencias ante el Barcelona (82-70)
La ilusión no es la mejor arma para ganar un título. Las victorias en grandes citas son cosa del trabajo, esfuerzo, concentración y saber hacer. Es eso, más o menos, lo que le ha faltado al Unicaja esta temporada y se ha ido encubriendo a base de corazón, suerte y poca cabeza. En la Copa no hay máscaras. Son partidos a cara de perro en los que te vas a casa a las primeras de cambio si no logras reunir en un solo partido todo lo que mencionamos de inicio.
La afición es un clamor contra Joan Plaza. Lo leemos en redes sociales, foros y demás cuentas abiertas de personas con nombre y apellidos. Acabaron los tiempos de los pseudónimos para criticar a los que no nos caen bien. La realidad es otra y Málaga ha dicho que hasta aquí. Son muchos los recueros y muy poca la realidad palpable de un plantel que no ilusiona, que mucho menos juega y que deja el peso muerto a un Alberto Díaz que solo es uno más.
Ante el Barcelona, más de lo mismo. Fuerza en el inicio y poca cabeza a pesar de que el resultado era favorable. Fogg y Nedovic, intermitentes durante todo el año, aprovechaban el escaparate para ver si el teléfono les comenzaba a sonar a partir del lunes. Con un juego físico y un resultado favorable de 17-22, Unicaja era optimista en los primeros diez minutos de partido.
En el segundo cuarto se repetía la tónica del primero, aunque con menos suerte. El Barcelona, que quería levantar el choque, se topó con un gran Alberto Díaz. Al final, se mantuvieron esos cinco puntos de ventaja, quedando la cosa al descanso en un 28 a 33.
Tras la salida de vestuarios la cosa fue otra. El Barcelona creyó en sus posibilidades y el aparente control de juego de Unicaja se desvaneció por completo. Los triples blaugranas comenzaron a hacer daño, logrando un parcial de 9 a 1. Los de Bartzokas, que llegaba al partido con la soga al cuello, conseguían entrar en el último cuarto 58 a 51.
Los últimos diez minutos confirmaron el desastre. 64-59 en el minuto 34 y aluvión de errores cajistas, miradas al banquillo y final plácido para un Barcelona al que Unicaja le dio la vida. Al final, derrota 82 a 70 y nueva decepción.