Redacción
El Rincón Fertilidad logra en Carranque su primera victoria de la temporada (26-23)

Era solo cuestión de tiempo. De tener calma. Paciencia. El Prosetecnisa Zuazo pagó ayer la rabia contenida de un grupo que clamaba por sumar los primeros puntos. Acoplar todas las piezas no ha sido, no es de hecho, tarea fácil para el cuadro técnico. El equipo necesitaba confianza y tiempo. Lo primero se venía cocinando entre las cuatro paredes de Carranque desde agosto. Se ha trabajo mucho para llegar a este punto. A este momento. Ni el calendario, ni la propia competición, dan un respiro a aquellos conjuntos que aspiran a lograr algo grande.
Los resultados negativos te asfixian, te ponen en duda. Cuestionan todo el trabajo llevado a cabo. Lo segundo, casi siempre, juega en contra. Por lo general, el tiempo corre a un ritmo inversamente proporcional a tus necesidades y por ello han pasado dos jornadas de inquietud y algo de sufrimiento. Pero ayer, en un partido muy completo, el Rincón Fertilidad dio un golpe de autoridad ante un grande rival. El Zuazo pagó los platos rotos de las tres derrotas cosechadas anteriormente y certifica que las malagueñas han llegado para dar guerra.
El Rincón Fertilidad volvió a tirar de guión para sumar la primera victoria. Fortaleza defensiva apoyada por una gran Cristina Maestro y continuidad en el juego ofensivo hasta encontrar la mejor posición de lanzamiento. Planteamiento similar al de las primeras tres jornadas, eso sí, sin las rotaciones de otros encuentros. Diego Carrasco puso la directa y confió la victoria al núcleo fuerte del equipo. Se tiró de cabeza a por los dos puntos desde el primer minuto y logró lo que en otros encuentros, llegar al descanso con ventaja. Hasta ese momento el cuadro vasco lo había intentado con defensa cerrada, que finalmente tuvo que modificar para seguir a Nuria Benzal individualmente. Pero las malagueñas no estaban dispuestas a verse asaltadas nuevamente en su feudo. Llegó la pájara de las segundas partes pero esta vez sí, no se perdió el norte. Se aguantó las embestidas del rival y se mantuvo el ritmo alto marcado por las costasoleñas. Sin fisuras y con plena confianza. las chicas hicieron piña y confiaron en el triunfo. Equipo con mayúsculas. Final soñado y fiesta en Carranque.