- Juan J. Morales
OPINIÓN | Allí donde solíamos gritar

¿Saben que no me creo una sola palabra de la supuesta oferta de compra que tuvo el Málaga? Y dudo que fueran los chinos quienes pujaran por un club que se desmorona. Después, los ingleses, que me da a mi que fueron los únicos que preguntaron si el equipo estaba en venta, marcharon por donde habían venido.
En estos días, en los que se habla tanto de un Málaga palmado, creo que hay que apostar por los jugadores y parte del personal del club. Estos, que no tienen culpa de nada, se encuentran dentro de un barco que ha dejado de caer bien a un sector de la afición. El motivo es legítimo, tanto o más que los que tiene el hijo del jeque para decir que sigue adelante con el proyecto.
Hoy que sabemos que el reparto de los derechos televisivos va a ser otro y que las últimas salidas han dejado un buen fajo de 'morados en la caja malaguista, nos tememos lo peor. ¿Quién planifica? ¿Quién decide? Está claro que esta buena familia es dueña del club, pero no del sentimiento. Y es que Málaga ha pasado muchas vergüenzas para llegar aquí y no se merece ni una más.
El dinero es el culpable de todo esto. El proyecto del jeque, que se ha torcido en más de una ocasión, ha pinchado en hueso. Y ahora es de verdad. Primeras pintadas en La Rosaleda y poca información, muy poca. ¡Con lo que ha exigido el Málaga desde la era Al-Thani y las pocas obligaciones informativas que se atribuye! ¡Válgame el jeque!
Hoy he vuelto allí, donde solíamos gritar. ¿Se acuerdan de Puche? No era el Málaga de la Champions, pero qué bien lo pasábamos. Es nuestro sino. Está escrito. O si no, ¿de qué nos iba tocar el más tieso de las mil y una noches? Lo que yo te diga, primo.